LA IMPORTANCIA DE LOS DIVULGADORES
Durante la existencia humana o al menos hasta lo que sabemos de ella, siempre ha habido
ciertas personas con el don de la divulgación ya fuera en ámbito teológico, científico o
filosófico, y cuando me refiero a estos divulgadores no son lo típicos charlatanes
cuentacuentos que utilizaban ese don para fines deshumanizantes o políticos. Y aunque
aquellos divulgadores quedasen obsoletos siglos o milenios despues, de vez en cuando
aparecen algunos elegidos con ese don para promover el saber de la humanidad recogiendo el
testigo que los maestros nos dejaron. Si algo gozaba (en mayor magnitud) el siglo XX es la gran
cantidad de divulgadores científicos, biólogos, investigadores y naturalistas, etc que había.
Prueba de ello sería Jacques Cousteau, quien fue pionero en la conservación de la vida y
ecosistema del mar descubriendo especies submarinas, o sin ir más lejos el naturalista español
Félix Rodríguez de la Fuente, cuyo legado para España fue inmenso ya que por aquel entonces
no existía una conciencia ecológica ni una defensa medioambiental, además de la proliferación
de reservas y parques naturales. Carl Sagan fue sin duda alguna uno de los divulgadores
científicos más importantes durante la década de los años ochenta, también gracias a su serie
Cosmos: Un viaje Personal que ayudo a despertar el interés sobre la Astronomía,
Microbiología, Cosmología y Astrobiología haciendo también que los más jóvenes soñaran con
profesiones dedicadas al estudio del cosmos (hoy bastante menguante). Quizás podría hablar
de otros muchos científicos y divulgadores, pero para ello tendría que crear un tema
totalmente diferente al que hoy vengo a exponer aquí, pero queda por escrito mi eterno
agradecimiento a todos estos maestros.
Carl Sagan (1934-1996)
Desde la década de 1950, trabajó como asesor de la NASA, donde uno de sus cometidos fue dar las instrucciones del Programa Apolo a los astronautas participantes antes de partir hacia la Luna. Sagan participó en muchas de las misiones que enviaron naves espaciales robóticas a explorar el sistema solar, preparando experimentos para varias expediciones. Concibió la idea de añadir un mensaje universal y perdurable a las naves destinadas a abandonar el sistema solar que pudiese ser potencialmente comprensible por cualquier inteligencia extraterrestre que lo encontrase. Preparó el primer mensaje físico enviado al espacio exterior: una placa anodizada, unida a la sonda espacial Pioneer 10, lanzada en 1972. La Pioneer 11, que llevaba otra copia de la placa, fue lanzada al año siguiente. Continuó refinando sus diseños; el mensaje más elaborado que ayudó a desarrollar y preparar fue el Disco de Oro de las Voyager, que fue enviado con las sondas espaciales Voyager en 1977.
Jacques-Yves Cousteau (1910-1997)
A Cousteau le gustaba definirse como un «técnico oceanográfico». Era en realidad un sofisticado director y amante de la naturaleza. Su trabajo le ha permitido a mucha gente explorar los recursos del «continente azul». Su trabajo también creó una nueva forma de comunicación científica, criticada en su momento por algunos científicos. El así llamado «divulgacionismo», una forma simple de compartir conceptos científicos con las masas de espectadores fue luego empleado en otras disciplinas y llegó a ser una de las características más importantes de la televisión moderna.
Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980)
Entre 1973 y 1980 realiza para televisión la que sin duda es su serie más famosa, El hombre y la Tierra, dividida en tres partes: las series ibérica, suramericana y norteamericana. La serie ibérica constó de tres partes y de una cuarta inconclusa. La serie suramericana se filmó en 1973 en Venezuela, en Los Llanos, el Orinoco y en el Amazonas, y aunque en principio sólo se iban a rodar ocho capítulos se ampliaron finalmente a dieciocho. Por último, de la serie norteamericana sólo se pudo filmar la parte canadiense y dos capítulos en Alaska. La serie se convirtió en un referente mundial y filmó algunos animales por primera vez, como el desmán de los Pirineos. Durante su estancia en Norteamérica, Rodríguez de la Fuente y su equipo habían conseguido una gran popularidad en la región canadiense de Yukón, en las ciudades de Dawson City, Whitehorse y Yellowknife; y en Alaska en Nome, Anchorage y Fairbanks. El principal diario del estado publicó en portada con grandes letras «Adiós a nuestro Jack London español».
RESEÑA DE CONTACTO
En una nota del autor decía así; Mi más sincero anhelo es que este libro quede desactualizado
por el avance de los descubrimientos científicos. Bueno en parte si, ha habido muchos avances
científicos algunos muy significativos, y aunque el hombre no haya vuelto a pisar la luna, se
haya abandonado el proyecto de SETI en 2020 y que el interés astronómico haya sido
sustituido por una amalgama de ideas y proyectos más propios de una idiocracia, podemos
decir que hemos enviado al espacio el primer Tesla (seguramente con la etiqueta ECO azul de
la DGT) para que cuando lo descubran otras civilizaciones sepan que nos importa la huella
ecológica en nuestro planeta y por ende que somos una civilización avanzada que cumple los
requisitos morales y éticos para ponerse en contacto con seres de otros mundos. Pero dejando
a un lado las sátiras, creo firmemente que Contacto es una obra de ciencia ficción atemporal
como en muchas obras de este género literario.
La historia se centra en Ellie una astrónoma que busca encontrar señales extraterrestres y así
demostrar que no estamos solos en el universo, con la ayuda de los mejores científicos del
planeta, Ellie da con una señal en el sistema Vega y es entonces cuando comienza una carrera
por dar con quienes transmiten la señal de Vega. La premisa aunque parece sencilla nada más
lejos de la realidad. La obra se divide en tres partes en las que Sagan consigue de forma
magistral exponer de forma rigurosa y científica, como afectaría a la humanidad el hecho de
saber que no estamos solos en el universo.
La construcción del personaje protagonista Eleanor Arroway es simplemente maravillosa, con
una construcción minuciosa sobre su personalidad y motivaciones, desde que nace hasta que
es ya adulta. Dividida en tres partes: El Mensaje, La Máquina y La galaxia. La novela nos
presenta personajes de diferentes nacionalidades, ideologías, creencias, razas y sexos, los
cuales cuestionaran de diferentes formas “El Mensaje”. Esto es sin duda alguna mi parte
favorita en el libro, esa batalla de escepticismo entre Fe y Ciencia, con argumentos y preguntas
que le hacen a uno pensar y cuestionarse en sí mismo muchos aspectos. Ellie como buena
escéptica y científica que es pone en manifiesto sus dudas sobre las creencias en religiones,
conociendo así a un personaje llamado Palmer Ross un reverendo escéptico con los
científicos y su fe ciega en la ciencia. He de añadir que el libro tiene tecnicismos de Astrofísica
principalmente y matemáticas y aunque a la primera de cambio parece que te están hablando
en otro idioma, te lo explican de manera que utilices tu lógica para entenderlo, haciendo que
sientas más curiosidad por cómo funcionan por ejemplo los Radiotelescopios o todo lo que
conlleva el numero Pi (π) y los números primos. La novela muestra también la debilidad y
fragilidad de una sociedad la cual necesita de respuestas y terminan olvidando el escepticismo
humano para abrazar nuevas sectas e ideologías creadas con el único fin de entender aquello
que no comprenden.
Seguramente muchos hayáis visto la película de contacto la cual se basa en la novela de Sagan
y está dirigida por Robert Zemeckis (Regreso al Futuro, Forrest Gump…) y protagonizada por
Jodie Foster (El Silencio de los Corderos), quien a mi parecer borda el papel junto con otros
grandes actores como Matthew McConaughey (Interestellar), John Hurt (Alien) o James Woods
(Vampiros de John Carpenter), y con una maravillosa música compuesta por Alan Silvestri, pero
hoy no vengo hablar y analizar la película de cabo a rabo o si es mejor la peli que el libro, no,
pero si dejar constancia de algunos aspectos que los diferencian sin desvelar nada.
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(Jodie Foster, Contact 1997) |
El libro fue estrenado en 1985 lo que ello conlleva a que aún existiese el llamado Telón de
Acero que caería poco tiempo después en 1989, lo cual hace que algunas tramas, diálogos y
argumentos cambiasen ya que la película se estrenó en 1997, ocho años después de la caída
de la Unión Soviética. Otro aspecto es la simplificación de algunos personajes, digamos que
simplifican algunas tramas y personajes fusionando varios personajes en uno solo. Es obvio
que al ser una película de casi dos horas y media se reduzcan o simplifiquen un libro de más de
400 páginas. Los dos cambios más significativos son los integrantes y compañeros que están
con Ellie, y el “final” del libro el cual entrecomillo porque aunque varíen algunos aspectos de la
vida privada de la protagonista, la esencia del personaje, su psique y condición sean las mismas
en las dos versiones. Una vez vista la película y leído el libro (o viceversa) ya es gusto del
consumidor, en lo personal me impacto algo más el final del libro, pero es que la película es
tan sumamente buena que también me encanta. Si tuviera que ponerle un pero a las
diferencias entre peli y libro, un pequeño tirón de orejas, es que en la novela de Carl Sagan se
aboga por una cooperación internacional la cual se detalla a la perfección y da un mensaje más
de unidad en la humanidad, mientras que en la película (y más siendo de los 90 con Clinton a la
presidencia) el protagonismo en su totalidad es de Estados Unidos, cosa que no creo yo que le
hiciera mucha gracia a Sagan, sobre todo sabiendo que compartía vínculos con muchos
científicos de diversos países. Por desgracia Sagan falleció un año antes del estreno de la
película, algo que también le paso a Philip K. Dick (pueden los androides soñar con ovejas
eléctricas) antes del estreno de Blade Runner en 1982.
¿PORQUE DEBERIAS DE LEER CONTACTO?
La respuesta del porque deberías de leer este libro, no es porque me haya encantado o
porque lo considere uno de los mejores libros de ciencia ficción que hay, sino por otros
motivos. Como vera querido lector, y permítame una reflexión, al principio he puesto a tres
divulgadores diferentes que marcaron un antes y después en sus distintos ámbitos y campos:
Un Astrónomo (Carl Sagan), un explorador marino (Jacques Cousteau) y a un naturalista y
ambientalista (Félix Rodríguez de la Fuente). Pero creo sin tapujos que debería añadir a un
nuevo miembro, y es que tras conocer al personaje de Eleanor Arroway se ha convertido en
una divulgadora, no de un tema ficticio como en la búsqueda de vida extraterrestre como se
expone en el libro, sino de algo mucho más trascendental como es el hecho de lo que significa
ser humano. Ellie ha sido y es la mejor divulgadora sobre los aspectos que siempre llevara el
ser humano a sus espaldas. Porque aunque seamos escépticos con otras cosas que
desconocemos ya sea una idea, una religión, una cultura diferente, no hay que olvidar también
serlo con nosotros mismos en algunos momentos. Con Ellie y su personaje me llevo mucho
aprendido, y creo que ese espíritu humanista y científico que desprende durante toda la
novela es más necesario que nunca. Curiosamente y justo ahora con una segunda guerra fría
en ciernes, y los países cada vez más envueltos en crisis de diferentes tipos ya sean
económicos, morales y sociales, nunca ha sido tan necesaria una divulgadora como Eleanor,
que nos haga mirar hacia adentro y comprender lo pequeños y complejos que somos los seres
humanos en un mar de galaxias. Sobran los motivos del porque deberíais leer esta obra de
Sagan, pero si además os gustan películas como Interestellar o La llegada, veréis que cogieron
muchas cosas e ideas de esta novela, o si sois amantes de la ciencia ficción este título es
indispensable en vuestras estanterías. Como aficionado a la Astrofotografía ya me será muy
difícil no acordarme de este libro cada vez que mire las estrellas y el cosmos.
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